lunes, 14 de marzo de 2011

ORACION DIARIA EN HONOR A SAN JOSÉ



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LUNES 14
LA FE DE SAN JOSÉ (Mateo 1, 18-25)

El nacimiento de Jesucristo fue así: su madre, María, estaba comprometida con José y antes de que ambos se unieran, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, quiso actuar discretamente para no difamarla. Había decidido esto, cuando se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: “José, hijo de David, no tengas miedo de acoger a María, tu esposa, porque el hijo que ella espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto ocurrió para que se cumpliese lo que anunció el Señor por medio del profeta que dijo: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarán Emmanuel, que quiere decir ‘Dios con nosotros’”.
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor, y acogió a su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.

Palabra del Señor.

Ver video del evangelio - Mateo 1, 18 -25

REFLEXIÓN
La fe es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.
Padre Nuestro…

MARTES 15

EL AMOR AL PROJIMO EN SAN JOSÉ (Lucas 2, 41-51)
Sus padres solían ir todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Cuando el niño cumplió los doce años, subieron todos a la fiesta, según la costumbre y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús se quedo en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta. Ellos, creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y luego lo buscaron entre los parientes y conocidos; y como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén a buscarlo.
Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
Al verlo, sus padres se quedaron pasmados, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban?, ¿no saben que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?”.
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Y regresó con sus padres a Nazaret y vivió obediente a ellos. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Palabra del Señor

Ver video de Lucas 2, 41-52




REFLEXIÓN
El amor con que amamos a Dios y el amor con que amamos al prójimo es un solo amor: son dos ramas de una misma raíz porque si al prójimo no le amamos por Dios y con Dios, no le amamos con amor verdadero.
El amor de San José a Dios es el mayor que se puede encontrar después de la Virgen María; su amor al prójimo, por tanto, es también el mayor después del de la reina del Cielo
Padre Nuestro…

MIERCOLES 16
LA FORTALEZA DE SAN JOSÉ (Mateo 2, 13-15)
Después de marchar los Magos, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó, esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto. Y se quedo allí hasta la muerte de Herodes. Todo sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: “Llamé de Egipto a mi hijo”.
Palabra del Señor.
Ver video de Mateo 2, 13 - 15



REFLEXIÓN
La fortaleza es una firmeza de ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y contrariedades. La vida de San José, después de la de Jesús y María, fue la que mayores contradicciones experimentó; debía ser también varón fuerte. Belén, Nazaret, Egipto, demostraron el heroísmo de la fortaleza del Santo, que sufrió con constancia todos los dolores y trabajos de su vida.
Padre Nuestro…


JUEVES 17
LA POBREZA DE SAN JOSÉ (Lucas 2, 1-5)
Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto ordenando hacer un censo del mundo entero. Este primer censo tuvo lugar siendo Quirino gobernador de Siria. Y fueron todos a inscribirse, cada cual a su ciudad. José, por ser de la casa y de la familia de David, subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Y mientras estaban en Belén, se le cumplieron los días del parto y María dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había sitio para ellos en el albergue.
Palabra del Señor.

Ver video de Lucas 2, 1-5


REFLEXIÓN
Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los más necesitados.
Padre Nuestro…



VIERNES 18

LA PACIENCIA Mateo (2, 19-23)
Después de la muerte de Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, por que han muerto los que querían matar al niño”.
José se levantó, tomó al niño y a su madre y volvieron a la tierra de Israel. Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir a allá. Conforme a un aviso recibido en sueños, se dirigió a la región de Galilea, y fue a vivir a una cuidad llamada Nazaret. Todo sucedió para que se cumpliera lo anunciado por los profetas: “Lo llamarán ‘nazareno’”.

REFLEXIÓN
La paciencia es una virtud que nos hace sobrellevar con alegría y paz todos los males de la vida por amor de Dios. Es necesaria la paciencia para alcanzar el cielo; y no hay virtud de más frecuente ejercicio desde que existe el pecado. En la vida de San José hubo muchas penas pero él padeció con paz, con alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios.
Padre Nuestro